¡Leer es divertido! es una actividad para realizar junto a nuestros chicos y crear memorias que siempre los acompañaran. Para este articulo te compartiré unas prácticas fáciles pero efectivas para hacer: El leer divertido.
Con mucha honestidad les puedo decir que el primer libro que yo leí por mi cuenta, por placer, fue a los 19 años. Todo lo que había leído antes que eso me había parecido una tortura.
El nacimiento de una relación con la literatura
Precisamente el año que me tocó tomar el curso de literatura infantil fue justo el momento que mi relación con la literatura nació. Gracias a la guía de una profesora que disfrutaba tanto de enseñar como hacer el leer divertido.
Al comenzar cada clase, la profesora llevaba a cabo una lectura corta, de alguno de sus libros infantiles favoritos. Pero no era el tipo de lectura al que yo estaba acostumbrada, era una lectura fluida (pero con pausa) e interesante, que me dejaba absorta.
Definitivamente esta clase fue una experiencia vivencial maravillosa que me conectó no solo con la literatura infantil, sino con la literatura en general.
Prácticas para resaltar la diversión de la lectura
Mientras reflexionaba un poco sobre las prácticas de esta profesora y todo lo que aprendí de ella, pude identificar varios elementos importantes de su forma de leer que yo he imitado como maestra. Precisamente es esencial en mí filosofía educativa, exponer a nuestros niños a una amplia variedad de obras literarias y múltiples textos en diversos géneros y formatos es indispensable para una educación de alta calidad.
Involucrar los sentidos
Desde la presentación de la portada, la profesora involucraba todos mis sentidos. Apelaba a la vista primero, puesto que lo que hay plasmado en la misma son imágenes. Pero nos invitaba a conectar esas imágenes de la portada con nuestras experiencias personales.
- ¿Has visto esto antes?
- ¿Dónde?
- ¿Quién estaba contigo?
- ¿Qué sabes sobre el tema?
- ¿A qué huele?
- ¿Lo has probado?
Esto de hacer conexiones literarias con nuestras experiencias es una destreza importantísima en la comprensión lectora y la podemos desarrollar en los chicos desde que comenzamos a leerles.
Las voces de la lectura
La forma en que su tono de voz variaba según lo que acontecía en cada momento de la lectura, aumentaba mi interés. Hacer distintas voces mientras estamos leyendo, evita la monotonía y captura la atención de los chicos.
Debemos utilizar las claves que nos da el autor (signos de puntuación, cambios de personajes, ritmos de un poema) y responder a ellas con nuestra voz.
Aprecia las ilustraciones
Presentaba las imágenes como si fueran un regalo fantástico del ilustrador, que solo las personas más afortunadas éramos capaces de ver o interpretar. Las imágenes son un elemento importantísimo en la literatura infantil, porque ayudan a la niñez a construir significado.
Si presentamos esa imagen con importancia, los chicos aprenden a buscar relaciones entre la imagen y lo están escuchando. Cuando voy a presentar un libro por primera vez, me gusta presentar las imágenes después de leer el texto sobre los eventos que estas representan. De esta forma los chicos tienen la oportunidad de crear una imagen mental de lo que voy leyendo antes de ver la imagen del ilustrador.
Para que esto funcione bien, la primera vez que le presentas un libro a tu hijo, debes sentarlo frente a ti (ni al lado, ni en tu falda). Cuando voltees el libro para que tu chico observe la imagen, dale un tiempo para reaccionar a la misma. Deja que la mire con detenimiento, que haga conexiones y luego volteas el libro de nuevo y continúas leyendo.
Conexión entre emociones y expresiones
Estaba totalmente presente en la historia y lo demostraba mediante la emoción y expresiones corporales. Creo que esto es otro elemento fundamental para lograr el disfrute de una experiencia literaria, sobre todo con maternales y preescolares.
No es lo mismo leerle un libro a nuestros chicos mientras vemos un programa de televisión o mientras estamos cocinando, que leer un libro prestando toda nuestra atención a la lectura como una muestra de amor.
Si sacamos un espacio de 15 minutos para hacer la lectura, sin ninguna otra distracción, estamos llevando dos mensajes; leer es importante y tú eres importante.
Además de sacar un espacio para la lectura diaria, la emoción expresada durante la lectura es importantísima. Es aquí donde nosotros como lectores tenemos la oportunidad de dejar que nuestro niño interior «salga a jugar».
Utiliza tus expresiones faciales, gestos y movimientos corporales para enfatizar el mensaje o los eventos de la historia. Si un personaje está molesto, frunce tu seño. Si un personaje va a abrir una caja de regalos, lleva a tu niño a esa emoción, justo antes de abrir el regalo.
Un momento íntimo
La literatura infantil es una ventana enorme por la cual puedes acceder lugares inimaginables. Recuerda que este momento de lectura con tu chico, es un momento íntimo, nadie te está mirando. Date la oportunidad de perderte con tu chico en un buen libro, de conectar con él en el mundo de la fantasía, de hacer caras graciosas y voces que te parecen ridículas. Para tu hijo, tú eres lo máximo.
Karla Santiago, Guía en educación alternativa, La Casita del árbol
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